Si hay algo que me gusta especialmente es pasar una jornada de domingo en buena compañia. Pero si además de esto, lo haces saboreando una buena comida, se vuelve aún más especial.
Es exactamente lo que hemos hecho este pasado domingo en L’Alquería de la Mar. Un restaurante totalmente recomendable.
Tan sólo 5 minutos lo separan de Valencia; está concretamente en Pinedo. Tiene muy fácil acceso y cuenta con una amplia zona de aparcamiento para los clientes.
Si hablamos de sus instalaciones, no pueden ser más acogedoras dentro de la amplitud del local, y en su terraza podrás disfrutar de una continua y refrescante brisa que hará que tu estancia sea más que agradable. La música de ambiente hace el resto…
COCINA TRADICIONAL
La cocina que encuentras allí es de las tradicionales; de las de toda la vida, aunque con pinceladas de prudente modernidad.
Dejarse aconsejar por el buen equipo de profesionales con los que cuenta, es una muy buena opción y es que aparte de la carta, preparan platos fuera de ésta igualmente espectaculares.
Nosotros, en esta ocasión, para ir abriendo boca, nos decidimos por el pulpo rebozado; de textura crujiente, acompañado de patata, el toque justo de pimentón y el all i oli de la casa que no puedes dejar de probar, pedimos también unas tortitas de Blanquet que hacen las delicias de todo el que las prueba, unas croquetas de bacalao con un ligero toque a canela que explosiona en cuanto las pruebas y además nos sugirieron unas navajas que no podían estar más sabrosas.
En los arroces no nos cabía la duda; los llevábamos pensados de casa…y es que no podían faltar el de Foie con magret de pato y setas, y un clásico como es el arroz del senyoret con su pescado preparado, sabrosísimo, con toda la esencia del mar.
VINOS
La elección de los vinos estuvo acertada; Venta del Puerto nº 12, un tinto con mucho cuerpo, algo afrutado y que siempre cumple con nuestras expectativas, y el blanco, Mar de Frades, un
Albariño con D.O. Rías Baixas, afrutado, con sensación de frescura ideal para acompañar pescados y mariscos.
Detalles que marcan la diferencia, son la jugosa coca de llanda y la copa de mistela cortesía de la Casa. Hacen la espera de los postres mucho más amena. Normalmente lo sirven al terminar, pero los postres se iban a demorar y fue un acierto por su parte; dicen que el orden de los factores, no altera el producto.
Nos prepararon unas selección muy variada: Tiramisú de naranja, tarta de queso con arándanos y brownie de chocolate con helado de vainilla. La verdad es que no podría elegir uno entre los tres.
Señal de lo cómodos que estábamos, fue la tranquila sobremesa con copa incluída, para terminar la jornada. Sin duda, volveremos!!!