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17/05/2017El pasado 21 de Enero de este mismo año dos de nuestros integrantes hicieron una escapadita por tierras castellanas (Segovia). Pasaron un fin de semana muy sabroso, gastronomicamente hablando, ya que tuvieron la oportunidad de probar diferentes platos de la ciudad y en especial, degustar el mágico cochinillo de Segovia. Ya se nos hace la boca agua, sólo de pensar en él…
Además, tuvieron la oportunidad de hacer la visita de rigor al famoso acueducto, junto con el alcázar o el barrio judío. La verdad es que Segovia es una visita obligada, no sólo por su gastronomía, sino por todo el encanto que lo rodea.
Para degustar el original «cochinillo de Segovia» se decantaron por un restaurante muy conocido, muy cerca de la plaza mayor, y del que habían oído hablar muy bien, aparte de los típicos y famosos restaurantes de la ciudad.
RESTAURANTE JOSE MARÍA, UNA JOYA SEGOVIANA
El restaurante Jose María tiene un encanto sólo al entrar en él. Una potente barra donde 3, incluso 4 camareros sirven sus mejores platos para empezar con un aperitivo antes de coger la mesa. Puedes encontrar en ella multitud de carnes y de bebidas que te harán la espera más amena y agradable. Los fines de semana siempre cuelgan el cartel de Completo.
La mesa estaba pedida a las 14:00h, una hora razonable para comer un buen cochinillo después de haber recorrido Segovia de parte a parte.
Se ve que hace poco hicieron una ampliación del restaurante, por lo que el restaurante original se les ha quedado pequeño. A nosotros, al ser «foráneos» nos tocó en una zona lejana de lo que es el restaurante de siempre, un lugar un tanto más modernista de lo que la entrada del restaurante ofrece.
Al sentarnos, estaba todo cuidado al detalle, un rincón donde iban sentándose los comensales de las diferentes mesas, todos a la misma hora, para que, si se pidieran el cochinillo de Segovia pudiera servirse recién hecho y con el típico corte con el plato.
Nos sacaron unas rodajas de pan tostado con un poco de paté junto con una mini ensalada.
Pedimos de primero un revuelto de alcachofas que estaba riquísimo, todo en su punto de cocción perfecto. Y ya no pedimos nada más, ya que estábamos haciendo hueco al cochinillo que nos íbamos a comer después.
De su sabor no podemos ni hablar, ya que se nos hace la boca agua sólo de volver a pensar en él. Exquisito, una cocción al punto para encontrar una parte de fuera más crujiente y un interior super jugoso.
Para el postre nos pedimos para compartir el típico flan casero de huevo con nata y nueces. Muy bueno y ligero para terminar la comida.
Vinos en esta ocasión no pedimos ya que luego teníamos que coger el coche.
CONCLUSIÓN
Si vas a Segovia, debes visitar este restaurante. Es visita obligada aparte de las ya mencionados monumentos característicos de la ciudad.